La Caída de el coronel aldana

Hoy les voy a compartir sobre la Caída de el Coronel Aldana. Este caso se convirtió en uno de los mas sonados en la historia criminalística de Colombia.

La mañana de el 9 de septiembre, 2009 un trabajador de la Hacienda San Isidro, localizada en las afueras del municipio de Ibagué, estaba trabajando en el campo con su arado cuando de pronto el arado se trabó. El campesino se desmonta para ver qué había pasado y encuentra una bolsa de basura negra. Cuando la abre se encuentra una cabeza humana con la cara totalmente desfigurada. De inmediato avisó a las autoridades.

Era la primera vez que el equipo de criminalística le tocaba trabajar algo así. Un total de seis bolsas con distintas partes humanas habían sido esparcidas en un radio de 25 km.

Cuando encontraron las bolsas era como armar un rompe cabeza. No tenían idea quién podría ser la víctima. Nadie del área había hecho un reporte de desparecido. Para los investigadores fué un reto. Se dieron cuenta que la persona que había cometido este horrendo crimen sabía exactamente cuales eran las partes de identificación con las que ellos trabajan para identificar a las víctimas. 

Sospechaban que el asesino tenía conocimiento de criminalística y quiso borrar la identidad de esa persona. Descubrieron que: 1. Le había arrancado los pulpejos de las manos.

2. El rostro tenía 58 cortes hechos con un bisturí lo cual fué casi imposible identificar, estaba tan desfigurado que al principio no sabían si se trataba de un hombre o una mujer.

3. Le retiró la costillas 3 y 4 las cuales son clave en una identificación, ayudan a identificar el sexo, raza, edad y estatura.

4. Le retiró las prótesis mamarias. El sabía que cada implante posee un código que puede ser rastreado y por lo tanto obtener la información sobre la víctima. 

A los investigadores les tomó varios días armar el rostro. Unieron los bordes y lo pegaron con pegamento comercial. La cara tomó un poco de forma y pudieron hacer el primer boceto. La necropsia reveló que se trataba de una mujer entre 25-35 pero aún no sabían quién era la víctima.

Trataron de reconstruir algunas de las huellas dactilares. Dos pulpejos pudieron ser reconstruidos usando la misma técnica que hicieron en el rostro. Ocho días después pudieron buscar en la base de datos.  La búsqueda arrojó entre 15-20 posibilidades pero fueron descartadas porque cuando la comparaban con la imagen no reunía todos los requisitos. Sin embargo, apareció una ultima imagen de una desaparecida de la ciudad de Cartagena. Se hizo el estudio y el parecido era de un 99.9%

Después de semanas trabajando en tratar de determinar la identidad de la mujer por fin la base de datos indica que la mujer era Erika Cecilia Yeneris Gutierrez, de 32 años, esposa del comandante operativo de la Policía en el Tolima, coronel Joaquín Aldana. La muerte de Érika, fué registrada el 9 de septiembre del 2009.

Érika y Joaquin se conocieron cuando ella tenía apenas tenía 18 años. Ella era mujer muy bonita. Algunos aseguran, fué amor a primera vista. Unos meses después se casaron en una iglesia de Cartagena en 1996. 

Dos años después tuvieron a su primera hija, Daniela y cinco años más tarde nació María José. Las niñas eran el centro de atención de la pareja. La familia Aldana era muy respetada. El coronel Aldana era un hombre admirado y respetado por la comunidad. 

En el 2007, la relación se comenzó a deteriorar. Erika le había confesado a su madre que estaba cansada de su inestabilidad y quería separarse de su esposo. Sin embargo, cuando le decía a Joaquín que quería irse de la casa, él la amenazaba. Pero, pese a las amenazas de Aldana, Érika ya había decidido dejarlo y llevarse a las niñas.

El 6 de septiembre, los familiares de Érika no tuvieron más comunicación con ella. Les pareció raro pues hablaban todos los días. La llamaron al celular pero las llamadas se iban al buzón de voz. Le preguntaron a Joaquín pero le contestó que estaba viajando, que no se  preocuparan por ella.

Sin embargo, eso no los convenció porque Érika nunca dejaba de llamar a su mamá. Además, ella siempre le avisaba cuando salía y cuando llegaba para que su mamá no se preocupara.

Familiares de Érika viajaron a Ibagué. Cuando llegaron a la casa se encontraron con la sorpresa que la casa estaba desocupada. Acudieron al Internet para publicar fotos de ella y circular un aviso de búsqueda.

Un equipo de expertos en criminalística y la fiscalía trabajaron juntos pues habían logrado identificar a la víctima pero aún faltaba encontrar al asesino. Establecieron varias hipótesis, como por ejemplo: fué un amante, un psicópata asesino, un homicida serial, un enemigo del coronel ó fué el mismo coronel.

Al principio, El coronel Aldana fué considerado una víctima pero su comportamiento llamó mucho la atención y sembró la duda en los investigadores encargados del caso. Otra cosa que llamó la atención es que el reporte de desaparecido lo habían hecho desde Cartagena, su familia, y no en Ibagué donde Aldana vivía con su familia. El nunca reportó a su esposa desaparecida.

Cuando entregaron el cuerpo, solo la familia materna estuvo presente. Aldana brilló por su ausencia. La falta de interés por la muerte de su esposa llamó la atención de los investigadores. Al poco tiempo pasó a ser el principal sospechoso. Según los investigadores, el asesino era alguien cercano a Érika y tenía conocimiento de el proceso investigativo.

Revisaron la hoja de vida del Coronel y descubrieron que este recibió entrenamiento en Criminalística en 1991. En el 2003 fué instructor sobre el manejo del lugar de los hechos.  Él conocía sobre evidencias y técnicas forense.

Para los investigadores, era importante encontrar la ropa que Erika llevaba puesta. Las personas que la conocieron la describen como una mujer vanidosa y no iba a salir de su casa con ropa casual. Según Aldana, Érika se había ido de viaje e iba vestida con un jean y una blusa roja. Sin embargo, cuando encontraron la ropa que Érika llevaba ese día, era una ropa ligera, unas pijamas de pantalones cortos.

A finales de septiembre, Aldana abandonó la casa matrimonial y se mudó con su mamá. Dias después pidió la baja en el servicio. Antes de mudarse mandó a limpiar muy bien la casa y a pintarla para tratar de borrar todas las huellas y evidencias 

El 3 de octubre, los investigadores fueron a la casa e hicieron pruebas de luces forenses para identificar rastro de sangre. Encontraron sangre en el sótano, el pasillo y baño. El vehículo familiar también había sido lavado el día después de la muerte de Érika.

Un experto en informática de la fiscalía analizó la computadora de Érika y encontró conversaciones amorosas que ella mantenía con un amante. Aldana estaba al tanto de la relación pues había instalado un programa espía en la computadora de ella y podía leer los mensajes entre Érika y su enamorado.

El 10 de noviembre, las autoridades hicieron un allanamiento en la casa de la madre de Aldana e incautaron la computadora de él. En el disco duro encontraron el programa espía que le permitía leer todas los conversaciones y correos que Erika compartía con su amante.

El programa había sido instalado el 2 de septiembre 2009 y fué borrado al día después del asesinato. Sin embargo, las conversaciones quedaron guardadas en un archivo oculto. Los chats entre el 2 y 8 de septiembre revelaban que Érika estaba teniendo una relación amorosa con un hombre Colombiano que vivía en Costa Rica y planeaba separarse de su esposo.

Según la Fiscalía, Aldana asesinó a su esposa por celos. Ellos reconstruyeron los hechos y aseguran que la mañana del 8 de septiembre, Érika bajó al sótano a usar su computadora como de costumbre. Ella estaba chateando con su amante y Aldana leyó la conversación.

Aldana la sorprende por detrás. Le da un fuerte golpe en la cabeza, el cual la hizo perder el conocimiento. Metió el cuerpo en el baño del sótano.  Le desfiguró el rostro, le retira los pultejos, la desmembra y entra el cuerpo en bolsas de basura.

El 26 de noviembre, 2009 dictaron una orden de captura a Joaquín Aldana por el asesinato de su esposa pero él había desaparecido. Ofrecieron una recompensa de 100 millones de pesos. 15 días después Aldana se entregó. El juicio comenzó el 7 de julio, 2010. 

Una médico forense relató en la audiencia que en septiembre “Todo fue encontrado en  bolsas negras” “El tronco carecía de órganos internos.” El le habia sacado hasta los órganos. Con los implantes en su puesto, hubiera sido mucho más fácil identificar el cadáver. Sin embargo se los habían removido, le quitaron dos costillas y por último, después de someterla a un proceso de exanguinación (vaciar la sangre del cuerpo), la desmembraron.

Señaló que el ex coronel era la persona perfecta para realizar el crimen. El tenía conocimientos en criminalística que utilizó cuando descuartizó el cuerpo a su esposa.

El 3 de marzo, 2011 El ex coronel Joaquín Aldana de 40 años, con 21 años de servicio y con más de 500 reconocimientos, fué encontrado culpable y sentenciado a 33 años y 4 meses de prisión por el homicidio de su esposa Érika Cecilia Yeneris Gutiérrez. El nunca acepto los cargos y asegura que es inocente.

Este fué uno de los crímenes pasionales más horrendo registrado en Colombia. Para ver el video en mi canal de YouTube haz click aquí.