Un poco de mi… Tuve la fortuna de venir de una familia donde la educación es muy importante. Desde muy pequeña me inculcaron que para salir adelante y tener un futuro mejor tenía que estudiar. No había otra opción. Recuerdo que los libros que mis tíos (son muchos) usaron fueron pasando de generación en generación púes en aquel tiempo la situación económica no era muy buena. Aún conservo mi libro de lectura de Enriquillo.
A mis hijos les inculqué esos mismos principios desde muy temprana edad. Al igual que el amor a la lectura. Para mi, la lectura es la base de una buena educación. Cuando eran pequeños les compraba libros de cuentos (de Disney ó su personaje favorito) y les cree una mini-biblioteca en su área de juego. Los niños imitan todo lo que los padres hacen por eso es importante que te vean leer con frecuencia. 15-20 minutos al día es suficiente.
En las Navidades por lo general les compraba juguetes educativos y claro, lo que pedían en su lista de regalos.
A medida que los hijos van creciendo es importante involucrarse en su educación y participar en las actividades escolares. Especialmente en la adolescencia. Si ellos ven que como padres tomamos su educación en serio ellos lo harán también. Establecer una relación con las maestras y mantener una comunicación abierta es esencial. Así podemos monitorear su progreso e identificar, a tiempo, cualquier problema y buscar ayuda. Mientras más involucrados estemos mayor éxito tendrán nuestros hijos en sus estudios.
Mi hija, de 19 años, está actualmente en la universidad estudiando Enfermería Pediatra. Mi hijo, de 17 años, cursa su último año de escuela secundaria. Piensa estudiar Ingeniería Técnica.
Siempre le digo a mis hijos que la mejor herencia que les puedo dejar es la Educación. El dinero va y viene, pero una buena educación perdurará para toda la vida.
Empujémos a nuestros hijos a estudiar, a educarse. Ahora, ¡Edúcate! Es el Momento.
